El Perdón a Osorio

“A todos los que han creído en esté proceso, compartírselo a ellos y a los que no: seguiremos trabajando; ojalá mejorando para algún día convencerlos”-Juan Carlos Osorio.

El juego son esas interacciones que se producen con una intención específica, algunas basadas en un modelo de juego o simplemente por el momento del partido. El jugar bien precisa del más puro conocimiento, implica que quienes lo practiquen estén concentrados física y mentalmente; la verdadera intensidad. En algunos países, no solo juegan los jugadores, sino también lo hacen los medios de comunicación y los aficionados. Los primeros se “juegan” el ser los primeros con la información más inmediata para los aficionados y estos individuos y/o masas se “juegan” la vida animando en las tribunas. Es una relación complicada, que tiene sus altos y bajos, sus fortalezas y debilidades.

El profesor Juan Carlos Osorio llegó a México, hablando del juego, más concretamente del juego de ubicación y comenzó a usar términos precisos para referirse a esté modelo de juego. La prensa en su mayoría al no entender y no querer entender las referencias posicionales que daba acerca de sus jugadores en el campo; lo comenzó a tildar de “alguien muy estudioso” sin (la mayoría) sentir la necesidad de estudiar el juego, eso de lo cual hablan con vasta ignorancia, con un conocimiento artificial, del cual se dedican a filtrar noticias, al más puro estilo de una revista rosa.

El mayor problema fueron las rotaciones, las cuarenta y ocho alineaciones diferentes hasta el día de hoy. Problema para los medios de comunicación, que se convirtió en una obsesión luego para los aficionados. Ante la negligencia oportuna se le criticó hasta la saciedad sus rotaciones. Sin entender que cada alineación creaba interacciones entre los jugadores, porque el jugar conlleva el conocimiento de los pares, el juego actualmente exige que los jugadores desempeñen varias funciones dentro del campo de juego, que la versatilidad táctica colectiva esté a la disposición del conjunto y el entrenador.

Las rotaciones entre el equipo titular y los puestos también puede incidir directamente en la superioridad socio-afectiva definida por Paco Seiru·lo en sus palabras: “Si estamos relacionados los que nos identificamos más los que nos pasamos la pelota” está sociedad se puede encontrar perfectamente en este grupo que ha venido jugando y compartiendo momentos juntos por mucho tiempo.

El perdón a Osorio debe marcar un antes y después. Debe invitar a los periodistas que le criticaron sin sentido, a buscar las razones en el juego, que los motive lo que produce el balón. Escribir columnas pidiendo perdón no es suficiente, auto humillarse no es necesario pero lo que si es necesario es que traten de analizar el juego. Al aficionado se le debe vender lo que pasa en el campo, explicarle lo que sucede en el campo. El perdón a Osorio que no sea un cargo de conciencia sino más bien un aire nuevo en el mundo periodístico.

Por: Gaspar Vallecillo

Foto: AFP